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Exposición fotográfica conmemorando los cien años del filme «La casa de la Troya», con imágenes inéditas de los rodajes.
Si te gusta la historia de nuestra ciudad, la literatura o el cine, tengo un plan que te va a interesar mucho. El próximo 24 de junio, el Museo Casa de la Troya, uno de esos rincones con encanto que tenemos en Santiago, acoge una muestra muy especial. Se trata de una exposición fotográfica que conmemora el centenario del filme «La Casa de la Troya», y lo mejor es que incluye imágenes inéditas de los rodajes. Es una oportunidad única para sumergirse en la historia de esta obra tan ligada a Compostela.
El Museo Casa de la Troya no es un museo cualquiera. Es un lugar que te transporta directamente al Santiago de finales del siglo XIX, recreando la vida estudiantil de la época. El edificio, que data del siglo XIV, se hizo famoso gracias a la novela de Alejandro Pérez Lugín, publicada en 1915. En ella, se narra la historia de unos estudiantes universitarios que vivían con lo justo en esta misma pensión. De hecho, el nombre 'Troya' ya nos da una pista de las penurias que pasaban. Desde 1974, la Asociación Amigos de la Casa de la Troya se encarga de mantener vivo este espacio, que es un verdadero homenaje a aquellos jóvenes y a sus vidas.
La joya de la corona de esta cita del 24 de junio es, sin duda, la exposición fotográfica dedicada al filme «La Casa de la Troya». Esta muestra nos permitirá ver imágenes que nunca antes se habían hecho públicas, capturadas durante los rodajes de las adaptaciones cinematográficas de la novela. Es fascinante pensar en cómo se llevó a la gran pantalla una historia tan arraigada en nuestras calles y en la vida universitaria compostelana.
La novela de Alejandro Pérez Lugín, publicada en 1915, es una de las obras en español más leídas de todos los tiempos. Describe con detalle las rúas, plazas, fuentes, la Catedral y la Universidad de Santiago, convirtiéndolas en escenarios de una trama divertida y etnográfica. La historia de Gerardo Roquer, un joven madrileño que llega a Santiago para estudiar Derecho y que, a pesar de su descontento inicial, acaba forjando amistades y encontrando el amor, es el corazón de esta obra. El museo, de hecho, recrea la pensión de Generosa Carollo, que alojó a estudiantes entre 1886 y 1906, y que fue inmortalizada por Lugín.
Más allá de la exposición temporal, el Museo Casa de la Troya ofrece una experiencia inmersiva que merece la pena explorar. Al entrar, te sentirás transportado a una época más sencilla, donde lo básico era un lujo. En la planta baja, puedes ver la cocina con su chimenea tradicional y los utensilios de la época, además del comedor y el patio. Subiendo por la estrecha escalera de madera, llegas a los dormitorios de las plantas superiores, donde los estudiantes dormían en colchones de paja bajo mantas finas.
El museo no solo muestra las condiciones de vida, sino que también alberga objetos personales de los estudiantes: libros de texto, cuadernos con notas manuscritas e incluso prendas de vestir, como las boinas gallegas. Cada uno de estos objetos cuenta una historia sobre las dificultades que enfrentaron estos jóvenes mientras estudiaban. Además, hay una exposición dedicada al propio Alejandro Pérez Lugín, con ediciones originales de «La Casa de la Troya» y otras de sus novelas, lo que permite conocer mejor su vida y obra.
El edificio en sí es una pieza de historia. Fue rehabilitado en los años 90, adaptando su distribución para que coincidiera con la descripción de la novela. En la planta baja, además de la recepción, estaban las cuadras, que ahora albergan una sala de exposición dedicada a la Tuna, con instrumentos, capas y fotografías que recuerdan esta centenaria institución universitaria. El primer piso tenía los lugares comunes, como el salón-comedor y la 'sala de respeto' para las visitas. En el segundo piso, las habitaciones individuales y colectivas, y en el ático, la cocina y el dormitorio de la patrona, Doña Generosa. Gran parte del mobiliario es de la época de la novela, adquirido a la familia de Jacobo Gil Villanueva, rector de la USC en aquellos tiempos.
El museo también es un centro cultural activo, acogiendo regularmente eventos como lecturas de poesía y actuaciones musicales que reviven el espíritu estudiantil del siglo XIX. Es un lugar que fomenta la participación y te invita a conectar con el pasado de Santiago.
Si te animas a visitar esta muestra y el museo, aquí tienes toda la información que necesitas:
Es un plan perfecto para pasar una tarde diferente y conocer un pedacito muy auténtico de la historia de Santiago.
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