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Conferencia sobre arquitectos gallegos exiliados en Latinoamérica, José Lino Vaamonde y José Caridad Mateo.
Este miércoles, la Real Academia Galega de Belas Artes nos trae una cita muy interesante para los amantes de la historia, la cultura y, por supuesto, la arquitectura. Si te apetece un plan diferente y enriquecedor, apunta esto: tendremos la oportunidad de asistir a la conferencia “Arquitectos del exilio republicano en Latinoamérica. Los gallegos José Lino Vaamonde (Venezuela) y José Caridad Mateo (México)”.
La charla correrá a cargo de Juan Ignacio do Cueto Ruiz-Funes, un arquitecto que, además, ingresará como académico correspondiente de la Real Academia Galega de Belas Artes justo después de su ponencia. Es una ocasión doblemente especial para conocer de cerca un capítulo fascinante y, a menudo, olvidado de nuestra historia reciente.
La Guerra Civil Española no solo truncó vidas, sino también un momento cultural que prometía ser un verdadero “segundo siglo de oro español” en el ámbito de la arquitectura. Imagínate, arquitectos con ideas progresistas, que estaban inyectando aire fresco en un ambiente que se había quedado un poco anquilosado, tuvieron que dejarlo todo. La diáspora republicana llevó al exilio a medio centenar de estos profesionales, muchos de ellos considerados entre los de mayor calidad y empuje cultural y político de su tiempo. La mayoría encontró asilo en países latinoamericanos, donde llevaron consigo ese concepto vanguardista de la arquitectura y se encontraron con un terreno fértil para desarrollarse.
La conferencia se centrará en dos figuras gallegas clave de este exilio: José Lino Vaamonde, que desarrolló su carrera en Venezuela, y José Caridad Mateo, que lo hizo en México. Es especialmente interesante el caso de José Caridad Mateo, originario de Betanzos (1906), quien ejerció su actividad profesional durante seis años aquí mismo, en A Coruña. Se le conocía por sus valores éticos y su compromiso social. De su etapa en Galicia, destacan proyectos como la Casa Caramés en Perillo, considerada la primera vivienda unifamiliar adscrita al Movimiento Moderno en Galicia, o la Xoiaría Malde en Santiago de Compostela, la Casa Sendón en la Avenida de Finisterre y la Casa Morán en la calle Emilia Pardo Bazán, ambas en A Coruña. Es un orgullo ver cómo un arquitecto con raíces tan profundas en nuestra tierra dejó una huella tan importante, primero aquí y luego al otro lado del Atlántico.
El trabajo de Juan Ignacio do Cueto Ruiz-Funes nos ofrecerá un panorama de las aportaciones del exilio español a la arquitectura mexicana, agrupando a estos arquitectos en tres generaciones principales, además de una cuarta, la “hispano-mexicana”, formada por los hijos de los exiliados que se formaron y ejercieron en México. Cada generación vivió el exilio de una manera particular, enfrentando desafíos y oportunidades distintas.
La primera generación, nacida entre 1885 y 1890, ya tenía una formación más anclada en el academicismo, pero buscaba una arquitectura más comprometida socialmente. Ocuparon puestos de responsabilidad durante la Segunda República y, al llegar a México, muchos superaban los cincuenta años, lo que significó un reinicio vital. La segunda generación, nacida entre 1897 y 1903, vio su carrera interrumpida cuando empezaba a consolidarse. Algunos de ellos, como Emili Blanch o José Luis Mariano Benlliure, lograron rehacerse en México, trabajando en despachos importantes o en empresas constructoras, aunque para muchos fue una experiencia de desengaño.
La tercera generación, a la que pertenecía nuestro José Caridad Mateo, nació entre 1906 y 1911 y se tituló durante el periodo republicano, cuando las vanguardias europeas ya estaban transformando la enseñanza de la arquitectura. Llegaron a México rondando los treinta años y allí desarrollaron prácticamente toda su labor profesional. Fue una generación más emprendedora, fundando compañías exitosas como Vías y Obras, Ras-Martín, Técnicos Asociados o Cubiertas Ala, esta última de la mano del mundialmente famoso Félix Candela, cuyas estructuras laminares de hormigón armado marcaron una época.
México se convirtió en un destino casual y afortunado para todos ellos. Encontraron un país con similitudes culturales, donde se hablaba su idioma y que les ofreció un asilo generoso, permitiéndoles continuar con su profesión. Aunque la homologación de títulos fue un reto para muchos, la mayoría optó por nacionalizarse y dejar un legado arquitectónico inmenso en su nueva patria.
La Real Academia Galega de Belas Artes, fundada en 1849, es una institución con una larga trayectoria en el estudio, salvaguarda y promoción de las artes y el patrimonio cultural gallego. Desde 1984, es un órgano oficial dependiente de la Xunta de Galicia, y su misión es fundamental para entender y preservar nuestra herencia cultural. Eventos como esta conferencia se enmarcan perfectamente en su objetivo de divulgar y fomentar el conocimiento de figuras y movimientos que han marcado la historia del arte y la arquitectura.
Es importante recordar que la trayectoria de muchos de estos arquitectos exiliados cayó en el olvido durante décadas, tanto en España como en sus países de acogida. Afortunadamente, en los últimos años se ha trabajado en la recuperación de esta memoria histórica, con actos de desagravio y exposiciones que reivindican su valiosa aportación. Esta conferencia es un paso más en ese camino, permitiéndonos conocer y valorar el impacto de estos profesionales gallegos en el panorama arquitectónico latinoamericano.
Si te interesa la historia, la arquitectura o simplemente quieres aprender algo nuevo sobre el impacto de un periodo crucial de nuestra historia, esta es una oportunidad que no deberías dejar pasar. La entrada es libre hasta completar aforo, así que te animamos a acercarte y disfrutar de esta interesante ponencia.
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