Una Cita con la Historia: El Regreso de las Estatuas del Pórtico

¡Qué alegría y qué notición tenemos en Santiago! Después de años de espera y una batalla legal que ha mantenido en vilo a muchos, nuestras queridas estatuas del Pórtico de la Gloria, las de Abraham e Isaac, vuelven por fin a casa. Es un momento de esos que marcan la historia de la ciudad, un verdadero acto de justicia y recuperación de nuestro valioso patrimonio cultural.

Estas dos esculturas, atribuidas al genial Maestro Mateo, son piezas fundamentales de nuestra historia. Formaban parte de la fachada original del Pórtico de la Gloria de la Catedral, una obra cumbre del arte románico universal que el Maestro Mateo y su taller crearon entre 1168 y 1188. El Pórtico es un complejo programa iconográfico que interpreta pasajes del Apocalipsis, y la individualización de los rostros y la expresividad de sus figuras fueron una aportación revolucionaria para la época.

La historia de cómo estas dos figuras se separaron de la Catedral es un capítulo que muchos recordamos. El Ayuntamiento de Santiago las adquirió en 1948 al Conde de Ximonde por 60.000 pesetas, con la condición expresa de que no salieran de la ciudad. Sin embargo, en 1954, durante una visita a Santiago, la esposa del dictador Franco, Carmen Polo, se encaprichó de ellas al verlas en el Pazo de Raxoi, nuestra casa consistorial. El alcalde de entonces, Enrique Otero, las envió al Pazo de Meirás, la residencia de verano de la familia Franco, sin que mediara ningún acuerdo municipal. Un traslado que, años después, el Tribunal Supremo calificó como "oculto, clandestino y delictivo".

La lucha por su recuperación comenzó en 2017, cuando el Ayuntamiento de Santiago, bajo el mandato de Martiño Noriega, inició la vía judicial. Fue un proceso largo y lleno de reveses. Primero, un juzgado de Madrid y luego la Audiencia Provincial fallaron a favor de la familia Franco, que alegaba haberlas comprado a un anticuario, aunque nunca aportaron pruebas documentales. Incluso se llegó a dudar de si las estatuas en el Pazo de Meirás eran realmente las que reclamaba Santiago. Pero la perseverancia de las instituciones y la sociedad civil dio sus frutos. El pasado 19 de junio de 2025, el Tribunal Supremo dio la razón al Ayuntamiento, ordenando la restitución de las esculturas. La clave fue la identificación clara de las piezas, gracias a documentos históricos y un informe pericial que incluso mencionaba una fractura en una de ellas, una característica descrita en un artículo de 1933 que singularizaba la pieza.

La familia Franco, finalmente, acató la sentencia. El 9 de julio de 2025, confirmaron su intención de devolver las estatuas de forma inmediata. Este desenlace se suma a la recuperación del propio Pazo de Meirás, que ya en diciembre de 2020 fue devuelto al Estado tras otra batalla legal, poniendo fin a décadas de ocupación privada de un bien público.

Y ahora, la fecha que todos tenemos marcada en el calendario: el próximo 11 de diciembre de 2025, Abraham e Isaac regresarán a Santiago. La alcaldesa Goretti Sanmartín lo anunció el pasado 20 de noviembre, coincidiendo con el cincuentenario de la muerte de Franco, destacando que este regreso es un "acto de justicia histórica, de dignidad colectiva y de recuperación de patrimonio".

¿Y dónde podremos verlas? La primera parada para estas valiosas esculturas románicas será el Museo do Pobo Galego, ubicado en San Domingos de Bonaval. El Ayuntamiento está trabajando con expertos en historia y memoria democrática para definir cuál será su ubicación permanente, buscando las mejores condiciones técnicas para su conservación y para que puedan estar expuestas al público de forma continua. La idea es que, además de admirar su belleza artística, podamos conocer toda la historia que hay detrás de su expolio y el largo proceso de lucha para su recuperación.

Este regreso no es solo la vuelta de unas piezas de arte; es un símbolo de que la memoria y la justicia, aunque tarden, siempre encuentran su camino. Así que, el 11 de diciembre, tenemos una cita con la historia en el Museo do Pobo Galego. ¡Será un día para celebrar en grande en nuestra ciudad!