
La noticia que muchos esperaban ha llegado a Pontevedra: la Vía Verde que conectará la ciudad con Arcade está más cerca de ser una realidad. Después de más de una década de espera, este proyecto para transformar el antiguo trazado del tren en una senda peatonal y ciclista ha recibido un impulso definitivo, y la expectación es palpable.
Para entender la importancia de este momento, hay que recordar que este proyecto ha estado en el limbo durante doce años. Desde junio de 2013, cuando entró en servicio el Eje Atlántico Ferroviario, la antigua vía entre Pontevedra y Ponte Sampaio, de unos 13,5 kilómetros, quedó en desuso y abandonada. Durante todo este tiempo, Adif se había negado a ceder la titularidad de las vías, argumentando razones técnicas y de seguridad, y mencionando un posible tráfico de mercancías vinculado al Corredor Atlántico que nunca se materializó. Esta postura frenó cualquier estudio de viabilidad por parte de la Diputación, los concellos y la Xunta, a pesar de que el estado de las vías y la ausencia de estas en algunos tramos hacían inviable un reaprovechamiento ferroviario sin una inversión enorme. Incluso en 2017 y 2018 hubo intentos de desbloqueo, con demandas en el Parlamento gallego y la propuesta de una 'Mesa por la Vía Verde', pero sin éxito.
Ahora, la situación ha dado un giro importante. Tras casi doce años de negativas, Adif ha abierto la puerta a la posible conversión de la vía. En enero de 2025, el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, a través de Adif, anunció que estaba "estudiando las posibles fórmulas de actuación" para darle "otros usos" a la infraestructura, siempre que fueran "compatibles" con sus planes de futuro. Esto implicaba permitir la vía verde de forma temporal, hasta que fuera necesario un reaprovechamiento ferroviario. Solo en los últimos meses, gracias a la presión institucional de los concellos y la Diputación, se abrió la posibilidad de un arrendamiento a largo plazo. La Diputación de Pontevedra solicitó formalmente los terrenos para activar el proyecto.
El momento clave es esta misma semana. Justo el martes 19 de noviembre de 2025, Adif ha roto su silencio de 200 días y ha citado al presidente de la Diputación, Luis López, a una reunión en Madrid para "hablar de la Vía Verde". López ha manifestado que acude con la "máxima disposición a colaborar", confiado en traer "buenas noticias para esta provincia". Este encuentro es crucial para el desbloqueo definitivo del tramo central de la Vía Verde de las Rías Baixas, que se concibe como un gran eje de movilidad sostenible de 57 kilómetros entre Vigo y Vilagarcía de Arousa.
El tramo entre Arcade y Pontevedra, de 10,2 kilómetros, es la pieza que falta para completar este corredor continuo, accesible y sin interrupciones. Atravesará los municipios de Soutomaior, Vilaboa y Pontevedra, ofreciendo una plataforma ciclable y peatonal de doble sentido, con áreas de descanso y señalización interpretativa. La idea es que ponga en valor el patrimonio natural y ferroviario, conectando espacios urbanos y naturales del litoral con una infraestructura de bajo impacto ambiental y alto valor turístico. Además, se aspira a que se integre con otras rutas como el Camino Portugués a Santiago, las sendas fluviales del Lérez y el Verdugo, o los itinerarios costeros del proyecto EuroVelo, e incluso que se extienda a Portugal, situando a la provincia en el mapa europeo del cicloturismo.
La Diputación ya ha puesto en marcha los trabajos previos. En mayo de 2025, contrató a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE) para realizar el estudio de viabilidad y el posible diseño de la senda, invirtiendo 14.000 euros. Sin embargo, el trabajo de la FFE, aunque muy avanzado a nivel técnico, no ha podido concluirse porque Adif no había facilitado la documentación necesaria. Para 2026, se han consignado otros cien mil euros en los presupuestos provinciales para redactar el proyecto definitivo del trazado Arcade-Pontevedra, con un horizonte de obras previsto para 2026-2027. Este proyecto es considerado "estratégico para la provincia" por Luis López, y cuenta con un amplio apoyo institucional y social.
Mientras se espera el desbloqueo de este tramo central, otras secciones de la Vía Verde ya están en marcha o en servicio. El tramo Vigo–Chapela (Redondela), de 5,2 kilómetros, está operativo desde 2022, y se está ejecutando su ampliación hasta el centro urbano de Redondela, con previsión de finalizar en 2026. El tramo Vilagarcía–Portas, de 9,2 kilómetros, funciona desde 2020. Y el tramo Chapela–Redondela, de unos 2,5 kilómetros, también está en ejecución y se espera que esté listo a lo largo de 2026. Con la finalización de los tramos pendientes, la Vía Verde de las Rías Baixas se convertirá en un recorrido continuo de 57 kilómetros, el más largo de Galicia y uno de los diez mayores de España, consolidándose como un referente en movilidad sostenible y turismo activo.
Fecha de publicación
15 de noviembre de 2025
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