Taller de Cocina Medieval

Si estás pensando en qué hacer el próximo verano, apunta esto: el Taller de Cocina Medieval vuelve a Oviedo como parte del gran evento histórico-cultural 'El Primer Peregrino'. Este festival es una pasada porque transforma el Casco Antiguo en la antigua Ovetao, celebrando el origen del Camino Primitivo y la figura del rey Alfonso II El Casto. No es solo un taller aislado, sino una inmersión en la recreación histórica que transforma la ciudad durante varios días (la edición de referencia se celebró del 11 al 14 de julio).

El taller en sí se centra, lógicamente, en la gastronomía de la Edad Media. Lo bueno es que tienes dos oportunidades para asistir, ambas en la Plaza de la Catedral, que es el centro neurálgico de los talleres medievales (allí también se hacen los de trabajo del cuero y vestimenta). La primera sesión es el viernes 12 de julio de 19:00 a 19:30h. Si te viene mal ese horario, hay una segunda oportunidad el sábado 13 de julio de 13:30 a 14:00h. Es una actividad corta, de media hora, que forma parte de los Talleres Medievales ofrecidos en esta plaza. Por lo que se sabe, y a diferencia de las Visitas Guiadas Teatralizadas que sí requieren información y reservas, esta actividad parece ser gratuita, integrada en el programa general del festival.

'El Primer Peregrino' es un evento diseñado para ser divertido, multitudinario y lleno de historia, dirigido al público general y, especialmente, a las familias. De hecho, si vas con niños, hay una zona dedicada al turismo familiar y talleres infantiles específicos en la Plaza de la Corrada del Obispo (como orfebrería o pócimas mágicas). Pero volviendo a la comida, el taller de cocina encaja perfectamente con el ambiente gastronómico de la ciudad. Oviedo es Capital Española de la Gastronomía, y durante el mes de julio, muchos restaurantes aprovechan para ofrecer los famosos 'Tortos del Camino'. Además, si quieres llevarte algo a casa, en la Plaza de Trascorrales montan una Muestra de productos del Camino Primitivo, donde puedes encontrar desde queso y chosco hasta repostería y sidra. Es una buena excusa para pasar el fin de semana en el centro, aprender un poco de historia culinaria y, de paso, llenar la despensa.