Fieles Difuntos

Este 2 de noviembre de 2025, Ourense se prepara para una de esas fechas que tocan el corazón de la tradición gallega: el Día de Fieles Difuntos. Es una celebración con raíces muy profundas, que se remontan al siglo X, y que sigue manteniendo su esencia de recordar, honrar y rezar por nuestros seres queridos que ya no están. Aunque la noche del 31 de octubre y el 1 de noviembre también tienen sus propias tradiciones, el 2 de noviembre es el día central para esta festividad tan arraigada. Es un momento para mantener viva la memoria colectiva y ese vínculo tan especial entre los vivos y quienes nos precedieron, un gesto que, aunque las formas cambien, desde las misas solemnes hasta los detalles más íntimos, conserva su significado más profundo.

Aquí en Ourense, los puntos neurálgicos de esta conmemoración serán los Cementerios de Santa Mariña, As Caldas, San Francisco y la Catedral. Todos ellos abrirán en horarios especiales para facilitar que las familias puedan acercarse a visitar las sepulturas, colocar flores, encender velas y, en definitiva, dedicar un tiempo a sus difuntos. Es un ritual que se vive con mucha intensidad, tanto en la ciudad como en los pueblos, y que sigue siendo el acto central de la jornada. Además de las visitas, se sucederán oficios religiosos importantes. El obispo presidirá varias misas, tanto en el cementerio de Santa Mariña como en el de As Caldas, en el de San Francisco y también en la Catedral, ofreciendo un espacio para el recogimiento y la oración. Y para que la visita sea más cómoda, el servicio de autobuses se ampliará hasta el cementerio de Santa Mariña, pensando en quienes se desplacen hasta allí.

Este evento está pensado para todas aquellas familias y personas que desean mantener viva la memoria de sus seres queridos y honrarlos. No se ha mencionado ningún coste asociado a la entrada a los cementerios o a la participación en los oficios religiosos, lo que nos indica que es un evento de acceso libre y gratuito. Es una oportunidad para participar en una tradición que, más allá de lo religioso, es un acto de amor y recuerdo colectivo, un momento para conectar con nuestras raíces y con aquellos que forman parte de nuestra historia familiar.