
Con la llegada de Todos los Santos, se abre un calendario gastronómico ligado al dulce en Ourense.
Con la llegada del 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, y el 2 de noviembre, Fieles Difuntos, Ourense se sumerge en un calendario gastronómico que gira en torno a los dulces. Esta tradición, que se extiende incluso más allá del Entroido, es una forma de recordar a quienes ya no están con nosotros. Los escaparates de las pastelerías se llenan de estas delicias, invitando a probar un poco de historia. La festividad tiene raíces profundas, compartiendo origen con el Samhain celta, que marcaba el fin del verano y el inicio del 'año oscuro', cuando se creía que el velo entre el mundo de los vivos y los muertos se hacía más fino. De ahí viene 'Halloween', de 'All Hallows' Eve', la víspera de Todos los Santos, una fecha que el Papa Gregorio IV estableció el 1 de noviembre del año 835 para honrar a todos los santos, adaptando así celebraciones paganas.
Los dulces de estas fechas no solo son un placer para el paladar, sino que también encierran significados antiguos. Por ejemplo, los Huesos de Santo, elaborados con mazapán y con su característica forma alargada, representan los huesos de los difuntos y se preparan desde hace siglos. Su glaseado blanco evoca pureza, y aunque tradicionalmente se rellenaban de dulce de yema confitada, hoy los encuentras con rellenos variados como chocolate, fresa, nata, coco, praliné, avellana, batata, café, limón, naranja o yogur. Su origen se remonta a obradores hispanojudíos, y su confección fue posible gracias al azúcar refinada introducida por los hispanomusulmanes. Luego están los Buñuelos de Viento, esas pequeñas bolas dulces de masa de harina de trigo, manteca y huevos que, al freírse, duplican su volumen. Se dice que por cada buñuelo que se come, un alma es liberada del purgatorio, lo que les da un fuerte arraigo religioso. Se rellenan con nata, crema pastelera, chocolate, mermelada, vainilla, calabaza o trufa, y se espolvorean con azúcar glas. Y no podemos olvidar los Panellets, típicos de Cataluña, Comunidad Valenciana, Andorra, Aragón y Baleares, que son bolitas dulces con piñones que simbolizan la unión familiar. Se hacen con almendra molida, azúcar, huevo y ralladura de limón, a veces con patata o boniato para aligerar.
Pero en Ourense y Galicia, la tradición va más allá de estos clásicos. Durante el Samaín, que revive nuestras raíces celtas con hogueras y desfiles, también disfrutamos de las Chulas de Calabaza, un dulce parecido a un buñuelo, y la Empanada Gallega, que no falta en muchas mesas. Antes del Magosto, las Castañas Asadas y los Boniatos son protagonistas, a menudo acompañados de vino dulce. Muchas celebraciones de Samaín en Ourense culminan con una Queimada, un rito que marca el paso a la noche de Fieles Difuntos. Estas costumbres, como las campanas que suenan la noche del 31 de octubre para 'guiar' a las almas o las velas que se encienden en casa y en las tumbas, son maneras de mantener viva la memoria y construir nuestra identidad.
Fecha
sábado, 01 de noviembre de 2025
Precio
Gratis
Edad Recomendada
+6 años
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