Premio de Humanidades José Castiñeira

Este 25 de octubre de 2025, Lugo acogerá la segunda edición del Premio de Humanidades José Castiñeira, un reconocimiento que ya se está consolidando en nuestra ciudad. La iniciativa, organizada por el Orfeón Lucense, la Catedral de Lugo y el Obispado de Lugo, busca mantener viva la memoria de su fundador, el sacerdote José Castiñeira. El premio se entrega a personas o entidades que destacan por su trayectoria y dedicación en campos como las humanidades, las artes, las letras, o por su contribución a la convivencia social y la mejora de las relaciones humanas. La ceremonia tendrá lugar en el Claustro de la Catedral de Lugo, un marco que, como sabes, siempre le da un toque especial a cualquier evento.

El galardonado de este año es el abogado lucense Alejandro Fernández Pumariño, y la verdad es que su trayectoria es de esas que inspiran. Se le reconoce por su 'dedicación social y labor solidaria', algo que ha demostrado con creces a lo largo de los años. Por ejemplo, fue presidente de Cáritas durante diecisiete años y también miembro de la entidad a nivel nacional por cuatro años, lo que ya te da una idea de su compromiso. Además, el premio también valora su etapa como presidente de la Fundación Preescolar en Casa, una labor fundamental que proporcionó educación preescolar a niños de zonas rurales durante mucho tiempo. Es un perfil que encaja perfectamente con el espíritu del premio, que busca destacar a quienes realmente marcan una diferencia en la comunidad.

Si te apetece acercarte, la entrega del premio se realizará después de una misa que se celebrará a las 13:00 horas en el altar mayor de la Catedral, con motivo del cabo de año del padre Castiñeira. Justo después, en el claustro, se le hará entrega a Alejandro Fernández Pumariño de una placa conmemorativa. Para cerrar el acto, habrá una ofrenda floral y musical ante la tumba del fundador del Orfeón Lucense. Es un evento abierto a la comunidad, especialmente para quienes valoran el reconocimiento a la labor humanitaria y social, y por lo que se sabe, no tiene coste de entrada. Es una buena oportunidad para ver de cerca cómo se reconoce el trabajo de personas que, como Alejandro, dedican su vida a los demás.