
Si eres de Ferrol, seguro que ya conoces a Böj, o al menos te suena su nombre. Esta banda, que se formó en 2002, lleva más de dos décadas siendo un referente en nuestra escena musical. Ahora, coincidiendo con sus más de veinte años de trayectoria, acaban de lanzar su nuevo disco, Hora Zulú, y es una oportunidad genial para repasar su camino y, de paso, ver lo viva que está la música por aquí.
Desde sus inicios, Böj se ha caracterizado por fusionar la música irlandesa y escocesa con el inconfundible sonido gallego, aportando la gaita y esa forma particular de interpretar que tenemos. Con el tiempo, su propuesta ha evolucionado, incorporando composiciones propias y explorando las músicas de raíz del arco atlántico, desde Galicia hasta Bretaña, pasando por Asturias, siempre con una filosofía abierta e internacional. Su anterior trabajo, Lúa, ya nos dio una muestra de esa madurez, pero con Hora Zulú han ido un paso más allá, consolidándose como una de las propuestas más destacadas del folk atlántico actual. Este disco, que vio la luz en plataformas digitales el pasado 31 de mayo de 2025 y en formato físico a principios de junio de 2025, es un viaje sonoro sin fronteras. El proyecto fue un éxito rotundo en su campaña de micromecenazgo en Verkami, superando el 141% de su objetivo, lo que demuestra el gran apoyo de su público.
Hora Zulú cuenta con once temas, ocho de ellos composiciones propias, dos arreglos de melodías tradicionales gallegas y hasta una sorprendente remezcla dub de una de sus canciones. Lo grabaron de una forma muy orgánica, casi como un directo, lo que le da una experiencia musical más auténtica y catártica. Además, han contado con colaboraciones de artistas como María Jorge, Óscar Fernández, Cibrán Seixo, Luis Peixoto, Matthew Ward y el gaiteiro Anxo Lorenzo. La instrumentación es rica y variada, con gaitas, flautas, low whistles, bodhrán, bouzouki, guitarra, violines, mandolina y zanfona, logrando un equilibrio perfecto entre melodía y ritmo. La presentación oficial del disco tuvo lugar el 11 de julio de 2025 en el prestigioso Festival Internacional do Mundo Celta de Ortigueira, un escenario que ya conocen bien, pues en 2016 se alzaron con el Proyecto Runas. Actualmente, la banda está formada por Ricardo Mouriño, Fausto Escrigas, Rubén Gómez, Pablo Vergara y Cibrán Seixo, músicos con una sólida trayectoria en el folk y otros géneros como el reggae, el jazz o el pop-rock.
Pero la música en Ferrol va mucho más allá del folk atlántico de Böj. Nuestra ciudad siempre ha sido un hervidero de talento y estilos. Si echamos la vista atrás, la exposición “Ferrol Underground 1985-2021” ya nos mostró la riqueza de la escena local, desde bandas como Terminal Norte en los 80 hasta el apogeo del noise pop en los 90 con grupos como Blood Filloas o Blind River. Hoy en día, la diversidad sigue siendo la tónica. El ciclo «Os Xoves da Capela» en Ferrol Cultura, por ejemplo, programa conciertos de grupos locales con géneros que van desde el jazz al folk, del pop electrónico al metal. En el ámbito del rock y el metal, el Festival Peirao Rock en Mugardos, que se celebró los días 22 y 23 de agosto de 2025, reunió a nueve bandas, incluyendo talentos gallegos como Relámpagos, Sandford Music Factory, Ruinas, Black Panda y La Hija del Carroñero, junto a propuestas nacionales e internacionales. También tenemos a Ghorxa, que el 25 de enero de 2025 lanzó su primer disco, Monstro, con un sonido de rock psicodélico y progresivo. Y no podemos olvidar a Keepers, la banda teen de Ferrolterra que, tras arrasar en el Resurrection Fest de 2023, publicó sus primeros sencillos en mayo de 2024, demostrando que el relevo generacional viene pisando fuerte en el rock y el metal. La “fiebre de versiones” también es una constante, con grupos como Rif-Raf o Mckuin llenando salas. Iniciativas como la asociación cultural Extrarradios, formada por artistas locales, también han buscado promover la actividad cultural y crear espacios para la música en Ferrolterra. En definitiva, la escena musical ferrolana es un ecosistema vibrante y en constante evolución, donde la tradición y la vanguardia conviven y se enriquecen mutuamente.