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Fiesta de Interés Turístico Internacional que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, destacando la procesión de las Palmas Blancas en Elche.
Elche se prepara para vivir uno de sus días más emblemáticos y singulares: el Domingo de Ramos. Esta festividad, declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 1997, no es solo el inicio de la Semana Santa, sino una manifestación cultural y religiosa que atrae a miles de personas, tanto ilicitanos como visitantes, para ser testigos de una procesión única en el mundo. La fecha clave para el próximo gran evento será el 29 de marzo de 2026, cuando las calles de la ciudad se inunden de un mar de palmas blancas.
La historia del Domingo de Ramos en Elche se remonta a siglos atrás, con el primer dato documental conservado en el Archivo Municipal de Elche fechado en 1371. Esta antigüedad, junto con su particularidad, ha cimentado su reconocimiento internacional. Lo que distingue a la procesión ilicitana de otras celebraciones del Domingo de Ramos en el mundo es el uso masivo de la palma blanca, un producto artesanal único que contrasta con la palma verde utilizada en otros lugares, como Jerusalén.
La elaboración de estas palmas es un arte ancestral, transmitido de generación en generación. Familias como los Serrano Valero, verdaderos 'arquitectos de la palma', dedican semanas a trenzar estas obras de arte, algunas de las cuales alcanzan casi tres metros de altura. Este meticuloso proceso de conservación y trenzado confiere a las palmas su singular color y forma, convirtiéndolas en un símbolo de identidad ilicitana.
Además de su valor religioso, la palma blanca tiene una profunda conexión con otra de las grandes señas de identidad de Elche: el Misteri d'Elx, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. En esta representación, un ángel desciende de los cielos en una 'magrana' (granada) para entregar una palma a la Virgen, simbolizando la unión con su hijo. Esta interconexión subraya el arraigo cultural de la palma en la vida de la ciudad.
El corazón del Domingo de Ramos ilicitano es la Procesión de Jesús Triunfante, popularmente conocida como el 'Pas de la Burreta'. Este desfile conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y se convierte en un río de palmas blancas portadas por aproximadamente 60.000 personas. La imagen de Jesús, adornada con la tradicional palma blanca, es acompañada por todas las cofradías ilicitanas y por el pueblo en general, creando una estampa que parece perderse en el horizonte.
La jornada comienza temprano, con la exposición de ramos de artesanía y miniatura en la Basílica de Santa María a las 9:30 horas. El momento culmen llega a las 10:45 horas con la Bendición de las Palmas en el Paseo de la Estación, un acto multitudinario que precede al inicio de la procesión. El recorrido serpentea por puntos emblemáticos de la ciudad, partiendo del Paseo de la Estación y discurriendo por la Diagonal del Palau, Puente de Altamira, Avenida de la Comunidad Valenciana, Puente de Canalejas, Plaça de Baix, Corredora, Carrer Ample, Uberna, y Plaza del Congreso Eucarístico, para finalizar en la Basílica de Santa María, donde se celebra una Misa Solemne.
En los últimos años, la organización ha incorporado novedades para hacer la procesión más inclusiva, como la creación de un 'tramo azul' en la calle Corredera, entre las Cuatro Esquinas y General Óptica, diseñado para que personas con espectro autista puedan disfrutar del evento sin estímulos estresantes.
La tradición de la palma blanca no se limita al desfile. Días antes del Domingo de Ramos, la ciudad se llena de vida con la instalación del 'Mercado de Palma Blanca'. En 2025, se instalaron 32 puestos en puntos clave como la Plaza de Baix, Plaza Barcelona, Mercado de San José, Plaza de Altabix, y las pedanías de El Altet y Torrellano. Estos mercados, que operan viernes y sábado de 9:00 a 21:00 horas y el Domingo de Ramos hasta las 13:00 horas en el Paseo de la Estación, son el lugar donde ilicitanos y visitantes adquieren sus palmas. Es una costumbre arraigada que abuelos y padrinos sean los encargados de comprar las palmas para los más pequeños, perpetuando así la tradición.
Una vez bendecidas y utilizadas en la procesión, estas palmas se cuelgan en los balcones de las casas, una costumbre extendida en Occidente desde la Edad Media y conservada con fervor en Elche, como símbolo de protección para el hogar durante todo el año.
Además, el Ayuntamiento de Elche mantiene la tradición de obsequiar con estas palmas rizadas y lisas a diversas autoridades y personalidades, incluyendo al Papa Francisco, los Reyes de España, el presidente del Gobierno, el presidente de la Generalitat Valenciana, obispos y el alcalde de Jaca, ciudad hermanada con Elche. Este gesto no solo honra a estas figuras, sino que también pone a Elche y su singular tradición en el mapa mundial.
El Domingo de Ramos de Elche es una experiencia que trasciende lo religioso para convertirse en un evento cultural de primer orden. La combinación de historia, artesanía, fe y participación popular crea una atmósfera vibrante y emotiva. Es una oportunidad única para sumergirse en las profundas tradiciones de la ciudad, admirar la belleza de la palma blanca y ser parte de una celebración que, año tras año, reafirma la identidad y el orgullo ilicitano. La ciudad de Elche, con su Palmeral y su Misteri, ofrece un marco incomparable para esta festividad, invitando a todos a descubrir el valor de su patrimonio y la calidez de su gente.
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