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Descubre la Casa de Aves del Palacio del Infante D. Luis en Boadilla del Monte, un aviario histórico único en España con una moderna instalación museográfica interactiva.
En el pintoresco municipio de Boadilla del Monte, se alza un monumento de incalculable valor histórico y cultural: la Casa de Aves del Palacio del Infante D. Luis. Este singular edificio, también conocido popularmente como Gallinero, no es solo una construcción más dentro del majestuoso conjunto palaciego, sino un testimonio vivo de las inquietudes científicas y el afán coleccionista de la nobleza ilustrada del siglo XVIII. Es, de hecho, el único edificio de estas características que se conserva en España y uno de los pocos ejemplos en toda Europa, lo que lo convierte en una visita imprescindible para amantes de la historia, la arquitectura y la naturaleza.
La Casa de Aves fue mandada construir por el Infante D. Luis de Borbón y Farnesio, hijo menor de Felipe V, quien habitó el palacio entre 1765 y 1776. Gran amante de la Historia Natural, el Infante D. Luis creó en su residencia un gabinete que, por su calidad, llegó a competir incluso con el de su hermano, el rey Carlos III. La Casa de Aves complementaba esta impresionante colección, reflejando una doble justificación: por un lado, el interés ilustrado por atesorar y expandir el conocimiento, y por otro, la ostentación del poder y la riqueza de la nobleza a través de la importación de especies animales exóticas de diversas partes del mundo.
Esta moda de coleccionar animales, que se había desarrollado en el siglo XVII en las cortes europeas, llevó a la construcción de aviarios e instalaciones similares. Ejemplos notables fueron la leonera del Palacio del Buen Retiro en Madrid, o las célebres Ménagerie de los palacios de Versalles o Schönbrunn. Sin embargo, la Casa de Aves de Boadilla del Monte destaca por su singularidad, siendo el único edificio de su tipo que ha perdurado en España. La colección faunística del Infante incluía no solo numerosas especies de aves e insectos, sino también animales tan exóticos como cabras de angora, un oso e incluso una cebra, inmortalizada en una magnífica pintura de Luis Paret, pintor de cámara del Infante, que hoy se conserva en el Museo del Prado.
El diseño de este conjunto palaciego, incluyendo la Casa de Aves, se atribuye con alta probabilidad a Ventura Rodríguez, el arquitecto principal del Infante D. Luis, cuya potente impronta geométrica y conocimiento de los antecedentes europeos en este tipo de instalaciones se aprecian en la originalidad de la obra.
Actualmente, la Casa de Aves alberga una instalación museográfica permanente que ofrece una experiencia educativa y envolvente para todos los públicos, especialmente pensada para los más jóvenes. A través de recursos audiovisuales, juegos interactivos y paneles explicativos, los visitantes pueden explorar la fascinante relación entre la humanidad y la fauna desde la Antigua Grecia hasta nuestros días.
El recorrido invita a un viaje a través del tiempo, desde la representación de los animales en la mitología griega y su uso en los espectáculos de la Antigua Roma, hasta el simbolismo que adquirieron en la Edad Media. Se explora el coleccionismo animal durante el Renacimiento, impulsado por los viajes y descubrimientos, y la exhibición de especies exóticas por las monarquías absolutas, que marcó el inicio de su estudio y clasificación científica durante la Ilustración. La exposición concluye con una visión actual, mucho más proteccionista y consciente hacia los animales, destacando la evolución de nuestra relación con el reino animal.
La recuperación de la Casa de Aves ha sido un proyecto de gran envergadura, financiado con fondos europeos y dirigido por el arquitecto José Ramón Duralde, experto en rehabilitación de patrimonio histórico. La tarea fue un verdadero desafío, ya que el edificio se encontraba en un estado de ruina arqueológica, con muy pocas fuentes documentales para guiar su restauración. El único plano antiguo del municipio (de 1868), restos arqueológicos y algunas fotos aéreas anteriores a la Guerra Civil fueron las escasas pistas para 'resucitar' esta edificación.
Duralde y su equipo se enfrentaron a la complejidad de reconstruir un espacio modesto pero arquitectónicamente significativo, buscando que la obra restaurada permitiera comprender la intención original sin suplantarla. La investigación detallada reveló que la pajarera original consistía en grandes jaulas que rodeaban el cuerpo central del edificio, con cubículos interiores protegidos para las aves. Esta meticulosa labor ha permitido devolver el alma original a un edificio que es un testimonio único de la historia y la arquitectura del siglo XVIII en España.
La Casa de Aves del Palacio del Infante D. Luis se encuentra en la Avenida de Adolfo Suárez, 28660 Boadilla del Monte, Madrid. Las visitas están disponibles de martes a domingo y festivos. Durante el periodo del 1 de abril al 30 de septiembre, el horario es de 10:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas. Es importante tener en cuenta que la Casa de Aves permanece cerrada durante los meses de julio y agosto.
El precio de la entrada general para los no empadronados en Boadilla del Monte es de 5 €. Los empadronados y otros colectivos con carácter de gratuidad pueden acceder sin coste, previa identificación. El aforo máximo por pase es de 15 personas, y se recomienda reservar las entradas con antelación a través de los canales oficiales. Los menores deben ir acompañados de un adulto en todo momento. No está permitido el acceso con animales ni con comida o bebida.
Visitar la Casa de Aves es una oportunidad excepcional para sumergirse en la historia, la ciencia y la arquitectura de la Ilustración española, descubriendo un espacio que, a pesar de su modesto tamaño, encierra una riqueza cultural y un legado fascinante.
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